El último abrazo

Este trabajo forma parte de una experiencia personal donde exploro un punto de vista en la relación de 3 ejes como son: el duelo, la memoria y la fotografía como documento de recuerdo. 

El álbum familiar es un formato tradicional que sirve para transmitir la imagen de nuestra familia a generaciones futuras. Creamos nuestros álbumes familiares a partir de momentos idílicos de nuestra vida. Construimos un recuerdo familiar, descartamos los momentos menos favorecedores que también forman parte de nuestros recuerdos e identidad, un fiel reflejo del modo que actúa nuestra mente, almacenando y descartando recuerdos. En este trabajo trato los temas sobre la necesidad de conservación de los recuerdos y la reinterpretación de los mismos en su relación con el duelo.

“El duelo puede ser un proceso de transformación en la identidad de una persona al sufrir la pérdida de un ser querido. En mi experiencia personal, la pérdida de mi padre dio comienzo a un viaje emocional similar a una odisea entrelazada en la complejidad de la existencia y la memoria, planteándome cuestiones como: ¿De qué formas continúa mi padre presente en mi vida y en mi mente, a pesar de su ausencia física? ¿Dónde puedo buscar y encontrar la esencia de su ser? ¿Cómo se transforman y evolucionan los recuerdos de su persona a medida que pasa el tiempo?. 
Bajo esta idea, «El último abrazo» se enfoca en el duelo como un fenómeno mutable, y en cómo la memoria y las emociones nos acompañan durante un profundo viaje. El proceso de duelo carece de una estructura definida y lineal, y puede manifestarse de formas muy diferentes en cada persona. 
El proyecto toma a la fotografía y técnicas en 3D como medios para explorar y representar las diversas facetas de este viaje emocional. Imágenes que reflejan diferentes estados y emociones asociados con la pérdida. La diversidad de lenguajes visuales utilizados resalta la naturaleza cambiante, caótica y subjetiva de la memoria y el duelo.“